Jornada mundial de la vida consagrada 2021

| 2 febrero, 2021

Hoy 2 de febrero, festividad de la presentación de Jesús en el templo, la Iglesia Universal celebra la jornada mundial de la vida consagrada bajo el lema “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”, en un difícil año en el que celebramos el XXV aniversario de la institución de esta celebración por S. Juan Pablo II, con estas palabras:

La celebración de la Jornada de la Vida consagrada (…) quiere ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor (…).

A las personas consagradas, pues, quisiera repetir la invitación a mirar el futuro con esperanza, contando con la fidelidad de Dios y el poder de su gracia, capaz de obrar siempre nuevas maravillas: «¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotros grandes cosas» (Vita consecrata, n. 110).

El lema “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”,  se hace eco, por un lado, de la condición llagada del ser humano y de la creación entera, en la que todos nos sentimos reconocidos y espoleados; por otro lado, evoca la vocación y misión de las personas consagradas en la Iglesia y en la sociedad, como signo visible de la verdad última del Evangelio, de la llamada perenne de Jesucristo y de la cercanía del Padre para con cada
ser humano.

Todo ello bajo la luz de la parábola del buen samaritano, un icono bellísimo que el papa Francisco ha querido revisitar y compartir en su última encíclica, Fratelli tutti, proponiéndolo como faro y horizonte para toda la familia eclesial y humana, para todos aquellos que queremos bregar unidos y animosos al soplo del Espíritu de Cristo, aun en medio de tormentas desconocidas e inesperadas.

En la basílica de San Pedro, a las 17.30 horas, el Papa Francisco presidirá una celebración Eucarística, despojada de los signos y de los rostros alegres que la iluminaban en años anteriores, y sin embargo siempre expresión de esa gratitud fecunda que caracteriza nuestras vidas.

La Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando, tan cercana a la vida consagrada y contemplativa, se une en oración y acción a los institutos de vida consagrada, que hoy más que nunca demuestran con sus obras y palabras, cuan necesarios son para la cristiandad.

IN DEO SPERAVI

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