“Fernando III, el Santo”, marcha solemne

| 19 junio, 2014

 

SINOPSIS DE “FERNANDO III, EL SANTO”, MARCHA SOLEMNE.

Se trata de una pieza en forma de marcha solemne para banda de Música sinfónica, evocadora de la figura del Santo Rey y con la estructura siguiente.

A B C B´ A – D D´ + CODA (inspirada en A)

La primera parte (A) o introducción, quiere reflejar el carácter Real de San Fernando.

Intervienen así en estos primeros nueve compases los acordes a cuatro voces en fortísimo de las trompetas I, II y III, completando el cuarteto con el primer trombón.

Todo ello se halla en el marcado compás de marcha fruto del diseño rítmico de la caja, afincado en el tono del primer modo gregoriano Protus, que acentúa el carácter medieval de cuanto se quiere evocar.

Inmediatamente se incorpora lo que será el acompañamiento del siguiente tema B, que reduce la intensidad inicial y quiere evocar el carácter de caballero cruzado de Fernando III. El carácter que le llevó junto a su Fe a extender el cristianismo en la Reconquista, reconquistando importantes ciudades entre las que se encuentran Córdoba, Jaén o Sevilla.

Este tema es presentado con un matiz piano muy presente en una melodía a tres voces, de timbre más oscuro, que arranca de la modalidad anterior y la empieza a combinar con la tonalidad. Aparecen como pinceladas añadidas a las primeras frases, algunas llamadas de las tres trompas al unísomo en registro grave que emulan un suave carácter guerrero implícito.

Se repite esta parte, finalmente con terminación conclusiva, donde irrumpe un compás de fanfarria de trompetería in crescendo que nos lleva al tercer tema en forte.

El tercer tema, expresado como aquí como tema C, quiere subrayar la Santidad del Rey Fernando y está inspirado en la práctica coral así como adornada por el brillante metal que quiere añadir un carácter glorioso y ceremonial. Se desarrolla entre exposiciones de frases que se debaten entre la tonalidad de Fa mayor y su relativo menor (del cual partió en el tema B), que concluye en la dominante de este último, provocando una tensión que aumenta el forte al fortísimo, inducido por instrumentos asociados al bajo armónico que desembocan en el tema B (en su versión repetida) con el consabido matiz. Aparece, pues, el tema B octavado, donde aparece un diseño contrapuntístico anclado en el incisivo ritmo de marcha que acentúan los bajos, con los contratiempos de trombones y trompas junto con apoyos de timbales.

Un compás de respiro, con el sonido de una campana tras un motivo rítmico en la caja, es la que hace de punto y seguido con la nueva aparición del tema A, íntegro.

Un tema que en su término, todo el instrumental conduce al oyente a una nueva tonalidad por medio de una modulación a Fa mayor, que se mantendrá ya hasta el final de la pieza en el desarrollo de los temas D-D´. Tiene esta última parte el carácter de trío, muy tradicional en muchas marchas de procesión, y quiere expresar en un tema muy meloso y lleno de romanticismo la devoción del pueblo al Santo Rey a lo largo de la Historia, que lo tenía por Santo antes incluso de ser oficialmente canonizado.

La primera vez se interpreta en un matiz piano y delicado, alfombrada la melodía de maderas en unos bajos de figuraciones ricas en blancas, y que por su medianía, aparecen añadidos el color tímbrico del primer oboe unido al primer fliscorno para conducirla a su término.

Tras esto y de forma seguida, irrumpen en unísono octavado la brillantez de metales que provocan la repetición del tema anterior en matiz forte, al que le acompaña un dialogante contrapunto hasta la CODA.

Todo el instrumental quiere emular aquí al inicial tema A y lleva la obra a su conclusión mediante una potente cadencia modal que eleva el matíz a fortísimo, para finalizar con un pujante unísono grave en la tónica de rotundo efecto conclusivo.

Aunque la presente pieza está instrumentada para lo que se conoce comúnmente como plantilla de banda sinfónica, por tener desarrollado su instrumental y la inclusión de instrumentos como el contrabajo de cuerda, está diseñada para que pueda conservar su esencia aún si se prescinden de estos instrumentos y voces más accesorias, con el propósito de que sea ejecutable por las bandas más modestas.

La partitura fue compuesta en el seno de la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando y su original fue donada a la misma. Actualmente forma parte del repertorio de la Procesión del Corpus de Sevilla, siendo interpretada tras el paso de la imagen de San Fernando por la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla.

Solo nos resta añadir que el compositor de esta bella obra es el Caballero Comendador de nuestra Orden, Ilmo. Sr. Don Joaquín Drake, al que agradecemos la donación de la mencionada obra a la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando.

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